Ecos de Kathmandú

Esto es un diario en retrospectiva, la historia de un mes de voluntariado en Nepal, una guía de pensamientos y vivencias que necesitan espacio para respirar agusto, demasiado pequeñas para una sola mente...

domingo, 23 de diciembre de 2007

17/07/07



Kathmandú

Último día en Nepal, al menos en este viaje. Me quedo con muchas ganas de volver en otra ocasión.
Me desperté, como siempre, debido a los ladridos de Lucky, sobre las 5 de la mañana. Aun así di vueltas y demás cabezadas hasta las 7-7.30, no recuerdo. No tenía planeado nada ese día, simplemente pasar tiempo con la gente y despedirme. Tampoco es que tuviera dinero para más.
Nada más, tomé té y arroz frito (no más dal baat!) y luego fui a la oficina. No encontré a muchos allí, pero me despedí de los que pude y tomé té con Sughanda. Me dio la camiseta (sí!) y el DVD, un buen recuerdo (malas noticias son que se me rompió en el vuelo :((( ). Me gusta, porque de los dos colores que tienen me dieron el que más mola (gris! jajaj). Luego me fui a casa. Me apetecía pasar tiempo con ellos, pues les he cogido mucho cariño, especialmente con el niño, Anish. Es muy salao, tendrá 10-11 años. Estuve jugando con él, viendo videos musicales hindis, armando con el cachorro y otro rato sobando. Me esperaba un vuelo duro, laaargo.
Como despedida me hicieron momo vegetal, que me gusta, aunque sea picante. Allí descubrí que el famoso mutton, que pensaba que era carne buena, en comparación con el buff, es en realidad cabra. Es mejor que el buff (carne de búfalo), eso sí.
Era raro, sabía que quedaba poco para irme, pero nadie decía nada, era como cualquier otro día. Sabía que ellos me apreciaban mucho (me lo habían dicho mucho) y yo los apreciaba a ellos, tal vez por eso preferíamos seguir como siempre.
Pero el momento llegó y Sughanda apareció con el coche. En los últimos momentos las chicas me regalaron unos pendientes para mi hermana, lo que no me esperaba para nada.
Al final dejé camisetas, dos pantalones, las medicinas, los guantes, dos pares de zapatillas y las toallas. Son cosas que realmente no necesito, que no cabían en mi maleta, y que aquí necesitarán más que yo, porque tendríais que ver las ropas que llevan los huérfanos, que se caen a pedazos. Para mi no son más que camisetas viejas, para ellos es algo nuevo. Espero que lo disfruten.
La despedida fue dura. No me lo esperaba así. Tomé un té y me fui. Tanto la madre como el pequeño lloraron. Se me partió el alma, son muy sinceros en cuanto a sus sentimientos. Se nota mucho cuando se enfadan, están alegres o tristes. No finjen para nada, te lo sueltan todo a la cara, y aprecio eso mucho. Los echaré de menos. Espero que les quedara un buen recuerdo mío.
En el aeropuerto, bueno, caótico. Colas por todos lados, tres controles de seguridad, dos chequeos manuales (les gusta el roce) y un registro de mochila. Pero todo bien. Creí que tendría que esperar y morirme de asco, pero los papeleos que hay que hacer llevan tanto tiempo, así como pasar los controles, que cuando quise llegar a la sala de espera ya empezamos a embarcar. Al menos no fue tan dura la espera.
Ahora mismo, estoy volando hacia Doha, sobrevolando las tierras de Nepal, a las que espero volver pronto, si no algún día.
Parece que este es el fin del diario, sólo queda la vuelta, que supongo que es la meta de todo. Pero como ya he dicho, lo importante, al final, es el camino recorrido, no la meta, aunque para darse cuenta de ello haya que llegar a un final. Y lo he hecho.
La sensación que queda ahora es de pena, alegría, cansancio y energías para empezar otro viaje. Pero hay que recargar el dinero y hay que encontrar tiempo. Todo se andará...

¿Foto del día? Hoy no pongo, porque ya he puesto muchas. Porque de este día no tengo. Porque me siento incapaz de elegir una entre todas que resuma el viaje, porque es un viaje demasiado grande para resumirlo en una imagen, ni en miles de palabras como las que he escrito. Aquí no está todo, y sin embargo, es una pequeña mirilla por la que podéis ver mi interior. Espero que hayáis disfrutado.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

"Este camino nadie ya no lo recorre salvo el crepúsculo"

Gracias por compartir

Miles de besos...

Faeriel dijo...

Gracias por leerlo ;)

"Las distantes montañas
se reflejan en las pupilas
de la libélula"

Sean las del Himalaya u otro lugar, este blog ha servido de pupila. Es un reflejo, pero es algo :D.
Muchos besos!

MentesSueltas dijo...

Estoy de paseo dejando un abrazo con el cariño de siempre.
MentesSueltas

Anónimo dijo...

Hola Pablo, no se si todavia leeras en el blog pq veo que lo escribiste hace un poco mas de un año. He visto que has estado en Nepal como voluntaria y yo estoy organizando lo mismo, me gustaría hacerte alguna pregunta al respecto...te lo agradeceria muchisimo!!. Por favor escribeme a esta dirección beta_free@yahoo.com

luciernaga dijo...

Eso ando buscando yo...

Lucía Azanza García dijo...

Ayyyyyyy... ahora que llego al final, me pregunto que será de tu vida ahora.