Ecos de Kathmandú

Esto es un diario en retrospectiva, la historia de un mes de voluntariado en Nepal, una guía de pensamientos y vivencias que necesitan espacio para respirar agusto, demasiado pequeñas para una sola mente...

domingo, 22 de julio de 2007

18/06/07



Kathmandú (Pepsicola y Thamel)

Es difícil vivir con el pensamiento de que se olvidan de ti, o que prefieren no recordarte, pero cada uno tiene su forma de evolucionar. Si un recuerdo te duele, como una piedra en el zapato, es mejor sacarlo que andar con él. Yo, sin embargo, no puedo arrancarme trozos de mi vida y pretender que no han estado allí. Siempre me estaría preguntando qué había en ese hueco, ese ente agujereado que llamo yo...
Estoy esperando a mi profe, a ver si empiezo mi segunda clase. A ver si mañana puedo ir a la excursión que se está organizando. Van a llevar a los niños del orfanato al zoo. Puede ser bonito.


Un día duro. Son las 17:10 aproximadamente y acabo de volver de Thamel, el centro de Kathmandú. Ha sido mi primera visita turística, y es genial la ciudad. Estresante, sí, pero de un modo diferente. No podría vivir aquí, demasiada gente, demasiado tráfico, mucho peligro de morir atropellado (y yo me preocupaba de las enfermedades...). Pero mola ver las tiendecitas, las mujeres con sari, los pequeños templos que aparecen en cada esquina o cada plazuela. Budistas e hinduistas en perfecta armonía. Estilo típicamente indio en edificios y pagodas.
Estuvimos vagando por las calles sin pararnos casi en ningún sitio. He intentado hacer fotos a lo que podía. Luego fuimos a Durbar Square, donde está el palacio real. Gracias a la tarjeta de voluntario hemos entrado por la jeta. Es muy bonita, una plaza llena de templos y pagodas, lo menos chulo era el palacio, a mi gusto. Allí estuvimos un tiempo. Tengo que volver yo solo a visitarlo con más calma y a comprar cosas, que he visto muchos puestitos chulos.

Lo malo es que es muy fácil perderse. Todas las calles iguales, muchas y sin orden aparente, pero creo que más o menos me quedé con el camino. Si no es fácil, andas en una dirección determinada y te encontrarás en una calle conocida, o saldrás de Thamel. Si no siempre me quedará el "... kaahaa chha?" (¿dónde está ...?). Ahora tengo que esperar a Sugandha que me tiene que llevar al lugar donde trabajaremos, a 10 minutos en coche. Veamos qué tal. Empezaré el domingo, creo.


El lugar no está lejos, como a 5-10 minutos en moto, que es como fuimos. La verdad, cada vez tengo más miedo a tener algún accidente. Son unos kamikaces. Pues eso, la clínica a construir está en un pequeño pueblo en una colina cercana. Tiene unas vistas increíbles de Kathmandú, sobre todo de Boudhanath y de las montañas del norte. Hoy se despejaron las nubes y pude ver por fin el Himalaya. Me quedé sin aliento al pensar que estaba viendo el Techo del Mundo. A ver si otro día se despejan más y puedo ver otro pedcito de cielo nevado.
Se ve que es un pueblo pobre, con muy poco. Los caminos están fatal. Cuando fuimos estaban ensanchando uno que daba a un acantilado. Niños, adultos, ancianos,... toda la comunidad cargaba con piedras y trabajaba. Nuestra tarea consistirá en aclimatar un cobertizo para que sea un centro de salud. Hacer tabiques, puertas, pintar,... se ve que había mucho que hacer. Ya veremos qué tal se da.

Al final les di las perronillas que llevé y las postales de Salamanca a la familia. Se les iluminó la cara, les hizo mucha ilusión, y me alegro. Para celebrarlo me dieron té negro y una manzana XD. Luego, claro, arroz (dhaal baat!). Esta vez comí a la manera nepalí, con las manos. La madre dice que como bien con las manos, lo que es todo un cumplido. Acabo con algunos granos de arroz entre los dedos, pero nada grave :P.
Me impresiona la poca vergüenza (en el buen sentido) que tienen para preguntar intimidades. Ya me han hecho ponerme rojo en más de una ocasión. Hoy entraron en mi habitación y los niños estuvieron revolviendo y preguntando por todo lo que tenía. Son muy curiosos. Les sorprendió la guía de Nepal, el incienso, el chocolate con almendras (gracias ;) ). Al final acabó entrando la madre y echándoles la bronca los sacó de mi habitación. Pero vamos, no lo hacían a mal, y tampoco tengo nada que no puedan ver XD. Bueno, últimamente me voy pronto a la cama, y como ya son las 9:30 y me despierto con el sol es hora de dormir (no hay persianas y amanece a las 4:30-5, aunque suelo aguantar hasta las 7:30-8, soportando a los jodidos gallos y perros). Mañana, zoo con los huérfanos y viaje en autobús al estilo nepalí (en el techo!!).

Tema del horario

Puede que os sorprenda que me vaya a la cama tan pronto, pero es que comparado con España, las 9-10 ya es casi madrugada. Sólo hay 3:45 horas de diferencia con España, y se hace de noche a las 7 aproximadamente. Y eso que es verano. Por eso todo el mundo está en casa a esa hora. Es de mala educación llegar más tarde de las 7:30-8, ya que los nepaleses no suelen andar por la calle por la noche. Puedes llegar más tarde, si saben exactamente dónde estás y a qué hora volverás (eso sí, no más de las 10, que te dejan entrar porque eres occidental y no sabes lo que haces XD). Hay malos espíritus sueltos, además de otros peligros como perros y demás. Por eso aprovechan las noches para hablar con la familia, cenar y ver la tele los que la tienen.

Fotos del día: Calle poco transitada de Thamel. Plaza Durbar, o parte de ella. Caseto que se convertirá en la clínica. Vistas desde el lugar de trabajo. Vistas del Ganesh Himal ese atardecer, la primera vez...

4 comentarios:

alej dijo...

Las fotos son geniales :p
Ten cuidado con eso de los espíritus, que sabes que son malísimos. Al día siguiente te duele la cabeza, los ruidos están todos altos, nauseas, mareo... (spirits? :p)
Nah, me enrollo demasiao XD
Por cierto, llegaste tu antes que tus postales, jajaja.
Muchas gracias

Faeriel dijo...

Bueno, si se los trata con respeto los espirituosos no están tan mal XD.
Normal que las postales tarden tanto, es un milagro que hayan llegado. Parece que hay que tener un poco más de confianza en el servicio de correos de Nepal :P.
Ahora te toca a ti mandarme alguna rara cuando vayas por ahi por el mundo XD

Lucía Azanza García dijo...

Me sigue agradando ver la unión que cuentas de ese pueblo, donde todos trabajan juntos: ancianos, niños.. por una labor común.
Me gusta!

me encanta ver la diferencia de costumbres, de horarios, de comidas... Algo que siempre me he preguntado es por qué nos empeñamos siempre en aprobechar tanto la noche, y dejamos de disfrutar el día.

Un saludo.

Faeriel dijo...

un placer que sigas leyendo. Espero que disfrutes del paseo como lo hice yo :P