Ecos de Kathmandú

Esto es un diario en retrospectiva, la historia de un mes de voluntariado en Nepal, una guía de pensamientos y vivencias que necesitan espacio para respirar agusto, demasiado pequeñas para una sola mente...

domingo, 29 de julio de 2007

22/06/07



Kathmandú (Pepsicola)


Pues no mucho, al parecer. Clases y luego visita al lugar de trabajo, que estaba algo más adelantado que la última vez. También vimos un par de clínicas de VSN repartidas por pueblos con pocos recursos (realmente pocos). No eran muy allá, pero era algo y aunque hicieran poco ya era bastante.
Por la tarde he estado vagando por Pepsicola. Con tanto calor estaba algo cansado para pensar en ir a algún lado, y además hay barbacoa a las 5.30 en la cabaña ("The Hut", el restaurante de la rata XD).
En teoría debería tener otra hora de clase, pero intentaré escaquearme...


Y lo hice. A las 5.30 fuimos a "The Hut" y pasamos una tarde agradable. Comimos pollo (o eso espero), panchitos, puré de patatas raro americano (smashed potatoes)... No encontré a Sujana, ni ella a mí, así que no tiene excusas. Aunque ahora me tocará recuperarla algún día por ahí.
Ya voy conociendo a la gente, y son majos. Todavía me cuesta un poco hablar en inglés con soltura, pero poco a poco lo consigo. La barbacoa acabó pronto, pero nos quedamos cuatro por ahí transnochando hasta las 10 (las 10 de la noche! wow!). Eramos Niels, Abe, Christian y yo. Acabamos hablando y bebiendo whisky realmente malo y barato (no se si era White Stag o Trimilti) en un cobertizo donde tiene el puesto un artesano de cerámica. Llovía y no nos queríamos mojar XD. Otro grupo fue a Thamel a pasar la noche, pero no nos unimos, otro finde será.

Como hoy no había mucho que contar hablaré de los transportes públicos en Nepal.

Transportes públicos en Nepal

El tema es el siguiente. Autobuses, lo que se dice autobuses, no hay. Lo que tienes son cacharros ruidosos y fábricas de humo. Unos son buses de hace medio siglo, otros simples furgonetas de hippies con más asientos que espacio, o cacharros de tres ruedas que parecen latas de sardinas (tuk-tuk!).
La cosa funciona así. En un punto determinado de la carretera se paran todos y empiea el papel del captador de clientes. Hay un tío (normalmente jóven, incluso niños que deberían estar en el colegio) que repite incesantemente el destino al que van a todos los que pasan a su lado. Los que quieren subir, suben, los que no, pasan. A él hay que pagarle al bajar, no más de 10 rupias, y es el que, yendo medio colgado de un saliente con el cuerpo fuera del automóvil, dirige al conductor y le dice si puede pasar o si golpea a algún otro vehículo. También lanza improperios a otros que se acercan mucho.
Tu mientras te sientas dentro en asientos polvorientos y sin espacio, o en el tejado, donde se supone que van las maletas (muy incómodo, pero toda una experiencia).
Otra cosa es el claxon, imprescindible. Si no lo tocan cada 10 segundos son malos conductores. Y los hay de todos los tipos: normales, de feria (los típicos de los cacharros o los coches chocones) y peculiares. Así parece que el que tenga el más ruidoso gana a los demás y tiene más clientes.
Merece la pena probarlo, sólo para comprobar cómo meter a 20 personas en una furgoneta del tamaño de una de los hippies, donde caben no mas de 9 personas con poco espacio. Mis piernas no están hechas para ello. Ni el techo, porque claro, cuando te toca ir de pie te das cuenta de lo bajos que son aquí. Mi cuello está dolorido por culpa de medir 1.80 y no 1.60 como es normal aquí... Me ha tocado ir apretado contra gente, oliéndole el sobaco a uno, soportando los tosidos enfermizos de otro en el cuello y los escupitajos sonoros típicos de la zona por la ventana. Aún así, es divertido probarlo.
Así, cuando te quieras parar, con golpear el techo o la pared en cualquier punto se detiene y tu viaje acaba. Puedes respirar de nuevo, aliviado, la contaminación de la ciudad. ¿Paradas? ¿Para qué?

Fotos del día: Sugandha en primer plano, director de VSN, dentro del caseto que se convertirá en la clínica. Clínica cercana, o más bien la sala de urgencias, lo más limpio que se puede conseguir en Nepal. Interior del autobus marrón, cualquier sitio vale para sentarse. Tuktuk en movimiento, algo movido por ello, y autobus marrón detrás. Colorido autobús de los que te puedes encontrar por doquier.

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