Ecos de Kathmandú

Esto es un diario en retrospectiva, la historia de un mes de voluntariado en Nepal, una guía de pensamientos y vivencias que necesitan espacio para respirar agusto, demasiado pequeñas para una sola mente...

lunes, 23 de julio de 2007

19/06/07



Kathmandú (Zoo de Patán)

Hoy no hay clase. La hemos retrasado al sábado, que es mi día libre, para que pueda ir al zoo. Estamos en la sala de ordenadores 8 voluntarios, y los que quedan, esperando para el viaje. Será interesante. Esperemos que todo vaya bien. Han comprado golosinas y comida para os niños y la gente está impaciente.


Cuando eran las 13:00 cogimos el bus marrón y nos acercamos a Jadiputi, a la "Sweat shop" (es una tienda de dulces, pero aquí lo escribieron mal y en lugar de "sweet shop" dieron lugar a esa bonita imagen de una tienda de sudor... tal vez es que les cueste mucho hacer los dulces...), donde teníamos que esperar al bus con los niños. Llegaron pronto en un bus marrón, todos apiñados y con cara de emoción en sus rostros. No salen muy a menudo, para algunos era la primera vez que salen del orfanato, y es una gran experiencia. En el orfanato tienen niños desde 2 a 16 años, pero en nuestro caso sólo llevamos de excursión a los pequeños, no mayores de 12 años. Más fáciles de manejar, y los que menos contacto han tenido con el mundo exterior. Como no había sitio los voluntarios tuvimos que subir al tejado.
Una buena experiencia eso de viajar en el tejado de un microbus antediluviano en el tráfico nepalí. Hice un par de videos, fue divertido, más incluso que viajar en el interior del mismo, cosa bastante agobiante. Los cables de alta tensión pasaban rozando, y alguna vez casi nos tragamos una señal de tráfico, esas que no sirven para mucho en tal caos. La gente se extrañaba de ver a tanto occidental subido en un bus, yo también me sorprendería, la verdad.


Bueno, al llegar al zoo y pagar la entrada nos repartimos a los niños. Son todos geniales, muy agradecidos y cariñosos. Al menos los que me tocaron a mí. Por lo general los pequeños están faltos de cariño y son más abiertos a cualquiera nuevo que llegue, supongo que esperan atraer su atención para que los lleven con alguna familia en vez de quedarse en el orfanato. Los mayores, sin embargo, son más reservados y cuesta mucho llegar a ellos. De vez en cuando te sorprenden con una sonrisa o con palabras de afecto, pero son días aislados. Estos ya empiezan a darse cuenta de lo cruel que es el mundo, sobre todo si no tienes a nadie. Bueno, yo fui con cuatro, que me agaraban de la mano y me abrazaban cuando podían. Casi se peleaban por ver quién me daba la mano a mi. Son un encanto. Los llevamos a ver animales, corrían de un lado a otro, con el consiguiente agobio de controlarlos a todos, pero se lo pasaron bien. Luego los dejamos jugando en los columpios mientras descansábamos de sus tirones y voces, que ya tenemos una edad y no podemos seguirles el ritmo...
Eso sí, el zoo era horrible. Una verdadera cárcel. Pobres animales, metidos en jaulas minúsculas y agobiantes. Se les veía aburridos y tristes. Tampoco había tantos, menos mal, pero me sirvió para contemplar la fauna de nepal (animales raros de montaña, los osos negros o balús, tigres, rinocerontes, hipopótamos, elefantes...). Vamos, hubiera preferido observarlos en la naturaleza, como en los parques naturales de Chitwan, en vez de detrás de esas rejas oxidadas.
A continuación les compramos una pelotra y estuvieron jugano un buen rato, yo incluido. Hacía mucho que no jugaba al fútbol, pero demostré que todavía me queda algo de juventud XD. Todo salió a la perfección, los niños comieron, se divirtieron y vieron algo más que las paredes de su orfanato. Chan, la voluntaria que tuvo la idea, pudo respirar aliviada, pues nada salio mal y les dejó un buen recuerdo a los niños, y a nosotros. Me dio pena despedirme de ellos, se hacen de querer, pero al menos les dejamos una buena vivencia.
Era bonito ver cómo cuidaban los unos de los otros, como una gran familia. Facilitaron mucho a la hora de controlarlos. Hay que pensar que sólo se tienen los unos a los otros, y a los que organizan el sitio. Espero de verdad que tengan un buen futuro, se lo merecen.

Fotos del día: Autobús que nos llevó al zoo y algunos voluntarios subiendo al techo. Los voluntarios ya en el techo del autobús. Huérfanos majetes. Balú agobiado en una jaula minúscula. Foto de grupo de toda la gente que fue, huérfanos y voluntarios. Yo con unos niños y detrás los columpios.

Os dejo a continuación un video que hice en el techo del autobús, así os haceis una idea del tráfico que hay.. fijaos en cómo cruza la gente la calle... os juro que es la única forma de hacerlo... XD

4 comentarios:

alej dijo...

Juas, sweat shop :P Debe ser algo de deportes.
Lo del autobus hay que probarlo una vez en la vida como poco. Jackie Chan se flipó y ya lo hizo su profesión.
Lo de repartirse los niños suena genial XD
"Luego los dejamos jugando en la jaula de los tigres bengalíes mientras descansábamos de sus tirones y voces, que ya tenemos una edad y no podemos seguirles el ritmo..." -> Me parece genial.
Yo hace siglos que tampoco juego al fusbol, aunque jugar con un montón de animales de zoo debe ser extraño.
Muy monos los nenes y el video del autobus impresiona :D

Faeriel dijo...

Sí, sí, no daba mucha confianza, pero probé algunos donuts de esa tienda y no estaban mal... tenían un toque especial salido del sobaco XDDDD.
En cuanto a lo del bus, yo ya estoy pensando en subirme a los techos de los de aqui, que se está más fresquito y disfrutas más de la ciudad jaja.
Yo jugué poco al futbol, porque ellos tenían más energía y la pelota no paraba de ir de un lado a otro. Yo me quedaba parado hasta que pasaba cerca mío, que como tenga que competir con ellos en resistencia... XDD

Lucía Azanza García dijo...

Increible idea llevar a esos niños al zoo!!!

Yo trabajo con niños del sistema de protección, y algunos nunca han tenido una familia. En ocasiones, te preguntan extrañados si tu tienes padres, cómo es vivir con ellos, y no entienden que te hayas ido de casa, pudiendo estar siempre con ellos.

Te miran con cara asombrada cuando les hablas de algun viaje,.. , la verdad es que a ellos les ha tocado vivir un dificil vida, y momentos como 'un viaje al zoo' les hace sentirse felices y olvidarse de sus problemas.

Enhorabuena!

Faeriel dijo...

Sí, fue un momento genial. Te hace apreciar todo lo que tienes, y también la idea de robar uno o dos y llevartelos a casa.
Es increíble con que fuerza se agarraban a ti y lo cariñosos que son... es una lastima que no puedan salir más a menudo de esas paredes del orfanato. Fue un dia memorable para ellos y para mí.