Ecos de Kathmandú

Esto es un diario en retrospectiva, la historia de un mes de voluntariado en Nepal, una guía de pensamientos y vivencias que necesitan espacio para respirar agusto, demasiado pequeñas para una sola mente...

jueves, 23 de agosto de 2007

3/07/07 (1ª parte, es un día largo)



Pokhara

El ventilador del techo de la habitación cumple su trabajo. Muy fresquito, y la cama cómoda, blandita. Con el sueño que tenía dormí como un tronco...
Aun así me desperté a las 6:00-6:30. Ya tengo cogido el horario, además me acosté muy pronto (sobre las 9, que ya no hay mucho que hacer) y tenía ganas de empezar el día.
Primero con un buen desayuno y un vistazo a las montañas nevadas. Fui a las 7 a un pequeño bar donde pude tomar un buen desayuno: tostadas, huevos fritos, patatas y café con leche, todo el que quisiera. Y bastante barato (no muy caro para Nepal, muy barato para mí, jeje). Los camareros eran majos. Estuvieron chapurreando algo de español, y al final me dijeron que si quería fumar un porro (dijo porro con buena pronunciación) que me pasara por ahí. Todos por aquí me ofrecen marihuana o alguna droga, debe ser que tengo pinta de porrero o algo Oo. Después de eso, un ciber. Algo ruinoso, a 2 rp el minuto. La conexión era lenta, y me costó mucho trabajo pasar las fotos de la cámara al pendrive (tuve que usar el ordenador del tío porque ninguno me reconocía el pendrive). Con todo esto llegué tarde al Karma, donde había quedado con Kylee (la kansina) a las 8:30. Ya había hecho un pequeño planning, porque había comprado un mapa, y se unió.
Así pues, andando nos fuimos a Devi's Falls (Patale Chhango), unas cataratas que están a unos 3 km del hotel. El viaje no fue duro. No hay tanto tráfico como en Kathmandú (por lo tanto menos polución) y es bastante plano. Al llegar, un poco escondida entre puestitos de souvenirs, está la entrada (nos hicieron descuento con la tarjeta de VSN, 10 rp XDD). La catarata es bonita. En esta época del año tiene más caudal y el ruido es ensordecedor. Cae unos 100 metros a una cueva subterránea que se puede visitar todo el año menos durante el monzón (sorpresa! temporada baja). Mucha vegetación, calor y humedad, pero salieron fotos chulas de ahí. Sería bonito descender la cascada haciendo barranquismo, el paisaje es muy bonito con toda la vegetación creciendo por las paredes y eso. Hasta ya imaginaba dónde atar las cuerdas y por qué lado bajar...Pero no puede ser.
De ahí a probar suerte en la cueva de Gupteshwor Mahadev, que está siguiendo el curso del río, a unos 100 metros de las cataratas. Es la cueva por donde avanza el río, para aparecer a unos kilómetros más adelante. Como he dicho, de las dos partes de la cueva una estaba cerrada (probablemente la más bonita, la que baja 100 metros hasta la catarata), así que nos tuvimos que conformar con bajar 25 hasta un templo subterráneo de Shiva, donde no se podían hacer fotos. Una pena. Estaba en una bóveda de unos 10 metros de altura, cubierta por una especie de tenderete. Una estatua de Ganesha y el lingam con cabezas de cobra. Se estaba fresco, pero tanto las paredes como el techo chorreaban y parecía que llovía. Demasiada humedad por todos lados. Así pues decidimos descansar, rehidratarnos antes de seguir andando y perder los pocos litros de agua que nos quedaban. En un puestito compramos zumo de mango (sabe igual que comer una fruta real, dice el brik... no me lo creo XD), agua, galletas ricas pero algo blandas y un donut que sabía a churro (estaba rico). No fue una comida muy nutritiva, pero sirve.
Siguiendo la ruta marcada nos acercamos al campo de refugiados tibetano, a no más de 2 minutos de las cuevas. Es... un campo de refugiados, con sus casas, colegios y demás cosas de un campo de refugiados. Sólo visitamos un pequeño monasterio. La gente era amable y nos acompañó al interior (y lo más sorprendente es que no pedían dinero a cambio, como en el resto de la ciudad... por eso odio ser un turista, y sobre todo parecer un turista). Consistía en una pequeña sala donde había un inmenso mandala chapado en oro, muy trabajado, metido en una vitrina. Con permiso hice fotos, a esto y a las imágenes de Buda cno una y nueve cabezas. Como no, por ahí estaba la foto del Dalai Lama, una realmente antigua, de los 50 por lo menos, que llevaba unas gafas horribles de pasta (parecía una tortuga... una tortuga con gafas de tortuga, claro).
Era una sala bonita. El guardia nos contaba cosas en un inglés muy básico, sin pedir nada a cambio. Me sorprendió, y por eso les dejé algo en la caja de donaciones (tal vez esa sea su estrategia, finjir que no pide nada para que le dejes algo a propia voluntad. Si es así le funciona, al menos conmigo).
Fotos del día: Las montañas por la mañana, podéis fijaros en la gran fiabilidad de los cables en estas ciudades. Esto es un búfalo refrescándose en un campo de arroz, al dueño no le tendría que hacer mucha gracia. Cataratas de Devi, llamadas así porque unos holandeses se mataron allí, creo XD. Yo y las cataratas. El hoyo donde va a parar el agua, vamos, la cueva. Entrada del campo de refugiados, con un monje majete descansando a la sombra del árbol. El mandala currado que tenían en el templo, chapado en oro. Buda de 9 cabezas, aunque lo que más mola son las lucecitas de colores que brillan, le dan aspecto de árbol de navidad. Vistazo al monasterio de campo de refugiados, donde estaba el mandala; la figura de los dos ¿vacas? rodeando la rueda de 8 radios es muy típico de todos los monasterios tibetanos.

No hay comentarios: